
Fotografía, Cine, Historia, Sociedad, Cultura
Testigos oculares de la historia: cine y fotografía
La fotografía y el cine no sólo han protagonizado el gran cambio sociocultural que define el mundo contemporáneo (la cultura de masas, la sociedad de la imagen), sino que además quedan como evidencias documentales de dichas sociedades en transformación.
Varias generaciones de incontables fotógrafos profesionales u ocasionales, de cineastas divinizados o ignorados, han venido trabajando de algún modo como “testigos oculares” del paso del tiempo. No sin dificultades de conservación, ha llegado hasta hoy parte nada desdeñable de este corpus documental, disperso en fototecas y filmotecas, colecciones públicas y privadas, también en nuestros álbumes familiares.
Su interés para el historiador radica, como dice un maestro, en que cualquier imagen, independientemente de su valor estilístico, es un documento para la Historia: un soporte de la realidad material y una evidencia de las relaciones de poder social y de género, de los gustos, de los valores colectivos.
Toda imagen, fotográfica o cinematográfica, como se ha dicho también del relato, siempre esconde una verdad, la “verdad de las mentiras”. Pues las subjetividades conforman coralmente la visión de los hombres y mujeres de una época ante al mundo y la historia que les interpelaban. Por todo ello, estos documentos gráficos son hoy fuente legítima y recurso insoslayable para acercarnos a las formas de vida y cultura contemporáneas.

La fotografía y el cine: la otra revolución
La fotografía tiene la virtud de encapsular fragmentos de tiempo desde mediados del XIX gracias a una sencilla, en sus inicios mágica, impresión de luz.
Como otros procesos de innovación en el mundo contemporáneo, la fotografía devino tecnología de consumo con la "revolución del clic" que introdujera la Leica en 1925. Llegados al siglo XXI, esta técnica casi parece banalizada por lo cotidiano gracias a las excelentes ópticas de algunos teléfonos móviles, la reproducción digital y las populares redes sociales.
Antes, la última década del siglo XIX también nos había legado el cine como técnica, mientras que el siglo XX se encargaría de consagrarlo como Arte junto con la fotografía. Fenómeno propio de barracas de feria en sus orígenes, los viejos teatros burgueses pronto serían desplazados por improvisados nickelodeons que, entre las dos grandes guerras, ya reunían masas interclasistas hipnotizadas bajo el "impacto de lo nuevo".
El cinematógrafo había nacido de los avances en fotografía, añadiendo la apariencia de movimiento a una velocidad de 16 fotogramas por segundo. Más costoso y complejo en su producción, el cine generaría una potente “industria cultural" liderada por el sistema de grandes estudios y distribuidores, si bien el último cambio tecnológico, tras la TV, nos permite hoy contar con pequeñas producciones difundidas libremente vía YouTube.
La fotografía, el cine y la TV no sólo revolucionaron el consumo de cultura, también impactaron en las otras formas de Arte y en las relaciones de poder de la sociedad contemporánea.

Objetivos
Ya como documento para el historiador, ya como...
... legado material de ese pasado, estamos ante un patrimonio cultural que debemos no sólo conservar sino también conocer mejor, estudiar y divulgar, a lo que sin duda contribuyen los numerosos recursos que nos ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación. En ello consiste el reto esencial de este Canal: Visto y No Visto, desde finales de 2015.
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Entre sin llamar...
Proyectos de innovación docente basados en la coparticipación del alumnado de varias titulaciones de la Facultad de Humanidades y otros centros de la Universidad de Huelva
Abierto por obras
Galería con una selección de los contenidos gráficos. Para el acceso a todos ellos en sus respectivos contextos y textos, conozca los Proyectos en ejecución.

